ÍNDICE
Indice
Parte
1LA VIDA DE SISSI)
Comienzo de la Biografía de Sissi
Los Hijos que tuvo Sissi
Desgracias en la vida de Sissi
Diversos acontecimientos
Final de Sissi
Sissi llevada al cine
PARTE
II (BAVIERA (DINASTIA WITTELSBACH) Y SU
-
Situación geográfica.
Introducción
Hola somos dos chicos:
Emilio Abós y Sergio Hernández, y dos chicas: Ana Franco y Samantha Bonillo del
colegio Hijas de San José. Nuestra coordinadora se llama Larisa Marta Muñoz,
que es nuestra profesora de lengua. Hicimos este proyecto porque nos gusta la
historia de otros países y nos animamos a daros a conocer a esta emperatriz muy
importante en Austria. Pensábamos hacer el trabajo sobre la biografía de Sissi,
pero luego nos interesamos más sobre esta emperatriz y también conocimos su
árbol genealógico.
Nuestro
nombre de grupo es ‘’ Los investigadores ‘’. Decidimos poner este nombre porque
nos gusta descubrir y aprender cosas del pasado para hacérselas conocer a la gente del presente.
PARTE I: LA
VIDA DE SISI
ELISABETH AMALIE
EUGENIE
Herzogin in Bayern
1837-1898
[Pertenecía a la dinastía Wittelsbach,
quienes llevaban su
título por apellido, Herzog in Bayern (Duque de Baviera) para los hombres y Herzogin in Bayern (Duquesa de Baviera) para las mujeres]
Nació
en Munich, el DIA de Nochebuena, domingo 24 de diciembre de 1837, con tratamiento de Su Alteza Real y dignidad
de Duquesa en Baviera, en domingo y con un diente.
[No debemos confundir los títulos Duque de
Baviera con Duque en Baviera. Este es utilizado por una rama secundaria de
los miembros de la dinastía Wittelsbach, diferente de la rama reinante
que ostentaba el mismo título. En 1799,
al morir Carlos II Teodoro, quedaron dos ramas supervivientes de la familia:
los Zweibrücken (con Maximiliano I Duque de Baviera a la cabeza, quien heredó el título de Elector de Baviera
que le llevaría más tarde a ser rey) y los Birkenfeld (con Guillermo
de Baviera a la cabeza), quien fue compensado con el título de Duque “en”
Baviera y tratamiento de Su Alteza Real, para sí y sus
descendientes]
Sus
padres fueron Maximiliano José de Wittelsbach Duque “en” Baviera
y,
su madre, Ludovica de Wittelsbach Princesa Real de Baviera [sexta
hija del rey Maximiliano I de Baviera]
Tuvieron diez hijos, siendo la cuarta Elisabeth. Adquirieron el palacete Possenhofen, situado en los bosques y región del mismo
nombre que rodea el lago Starnberg, a 30 km de Munich. El lago es de tamaño importante, designado
un humedal de importancia internacional con zonas de cañaveral. Se hizo famoso por ahogarse en él Luís II
de Baviera, el rey loco.
El
padre era bohemio, de alma sensible y bondadosa; para él la Corte de Viena significaba el infierno. Artista, cantante y creador, había recorrido el mundo con su cítara. Alegre, buen bebedor y comilón, amante de la caza y de sus amigos, creó con
ellos, la Orden de la Mesa Redonda , en
donde él era el rey Arturo.
Levantó un circo en el jardín de su residencia,
a la que gustaba llamar “Possi”, para enseñar a sus hijos el trato con
los animales. A su hija Elisabeth
la llamaba mi Navidad, por haber nacido la víspera y también mi
rosa bávara. En raras
ocasiones, la llamaba Lisi.
Lo primero que hay que decir es
que nunca fue llamada Sissi,
ni en familia ni en la
Corte. Fue un invento
posterior con fines comerciales, pero la seguiremos llamando Sissi para
abreviar. Ella heredó el carácter
extrovertido y bonachón de su padre, era la que más se parecía a él. La madre, realizó el matrimonio menos
brillante de su familia. Era hermanastra
del rey Luís I de Baviera y de la esposa de Eugenio de Beauharnais,
hijastro de Napoleón. Y de sus 3
hermanas, una era reina de Prusia, otra de Sajonia y la
mayor, Sofía, Archiduquesa de Austria, madre del emperador Francisco José [su esposo, al que fue obligada a casarse, la
hizo muy desgraciada por su carácter brutal, quien en la revolución de 1848
renunció a sus derechos sucesorios en favor de su hijo]. El emperador [esposo de Sissi], no
heredó la belleza de los Wittelsbach sino de los Habsburgo,
aunque era guapo y con los mismos labios que su antepasado Felipe el
Hermoso. Gran jinete, excelente
nadador e incansable bailarín, de carácter alegre pero puntilloso, ordenado, tímido, se
levantaba a las 4 de la mañana para trabajar 12 horas diarias, algo que hizo
durante toda su vida.
Palacete de Possenhofen
Sisi fue causa de serias
preocupaciones en su casa; se enamoró de
un joven al servicio de su padre. Les
separaron, él regresó enfermo y murió poco después. Sisi no tuvo consuelo y su pena se transformó
en melancolía.
Con 16 años, Sissi
acompañó a su madre y a su hermana mayor, Elena (Nené),
a la residencia de verano de la
Familia Real de Austria, en Bad Ischl, donde las esperaba su tía, la Archiduquesa Sofía , junto a su hijo Francisco José, para
que tomase como prometida a Nené.
Era más guapa que Sissi (a ésta tiempo atrás la habían
enviado junto a su tía, la reina de Sajonia, a encontrar marido y volvió de vacío), pero como todas sabemos, el curso de los
acontecimientos dio un giro inesperado, los 23 años de él se sintieron atraídos
por los 16 de Sissi. Fue un
flechazo y, trastocando los planes que madre y tía tenían previsto, se organizó
la boda. La dote de Sissi fue tan
insuficiente que, el emperador se sintió obligado a compensarla donando 100.000
ducados.
Sisi, antes del enlace debió
aprender idiomas: francés e italiano y también historia austriaca. Le pusieron de profesor al húngaro Mailáth,
hombre bajito, vivaracho y ameno, de 60 años.
Y le explicó la historia desde un punto de vista bastante húngaro. Sisi,
ante todo lo que se le venía encima,
se pasaba el tiempo protestando y diciendo ¡ojala Francisco José
fuese un sastre!.
El 24 de abril de 1854, un año después del primer encuentro, en
Viena, se casaron los dos primos, convirtiéndose así en Emperatriz de Austria,
entre otros muchos títulos inherentes a la Casa de Habsburgo-Lorena. La boda se celebró con todo el protocolo y
la pompa que correspondía a los novios,
se estima que durante la ceremonia se encendieron 15.000 velas, al son
del himno imperial austriaco Gott Erhalte,
que a su vez había sido el himno del Sacro Imperio Germánico. Ella llevaba un vestido bordado en plata y
oro, guarnecido de mirto, portando un aderezo de diamantes y ópalos, regalo de
su suegra y estuvo llorando todo el tiempo.
Después de la ceremonia,
fueron a palacio y pasaron al besamanos.
Al ver tantos rostros desconocidos, Sisi se refugió en una estancia
contigua y rompió a llorar. Cuando
descubrió entre el publico a dos primas, Adelgunda y Hildegard, quiso
abrazarlas, ante la expresión horrorizada de los que estaban allí, al infringir
el protocolo, su excusa fue ¡pero si
somos primas! El rígido ceremonial era
imprescindible para demostrar el poder real.
Para su boda con el
emperador, tuvo que dar su aprobación el
rey de Baviera, como jefe de la Casa Wittelsbach y hubo que
solicitar la dispensa papal, ya que los novios eran primos. En su familia se dieron varios casos de
enfermedad mental. Su abuelo paterno padecía una deficiencia mental, era
contrahecho y terminó su vida como ermitaño.
No iba provista de suficiente
calzado. La emperatriz de Austria solo
podía llevar los zapatos un día, luego eran regalados. Sisi nunca pudo avenirse a semejante
costumbre y más tarde la suprimió. Era
caritativa por naturaleza y amaba la justicia.
Desconocía la altanería aristocrática y le eran familiares las casas
pobres de los alrededores de Possenhofen. En la Corte , la carencia de orgullo aristocrático era
un defecto
La pareja disfrutó de su luna
de miel en un castillo próximo a Viena, en Laxenburg, acompañados
por la Archiduquesa
Sofía. El emperador
regresaba, todas las mañanas, a trabajar
a Viena, tarea a la que se dedicó en
cuerpo y alma, ya para siempre, desatendiendo las demandas de su joven esposa. Se
pasó todo el tiempo llorando, nostálgica de su primer amor. En visitas en años posteriores a ese
palacio, no dejó de recordar lo triste que fue su luna de miel.
Despidieron a las dos damas bávaras que llegaron con Sisi y le
impusieron como Camarera Mayor a la condesa Sofía de Esterházy,
princesa de Liechtenstein, de absoluta confianza de su suegra, Sofía.
Lejos de ser el
comienzo de una “vida rosa”, la vida de Sissi se acababa de convertir en
un calvario sin retorno. Ella no sabía
que, al casarse con el emperador, no sólo lo hacía con un hombre sino con todo
el imperio y el protocolo de la corte vienesa pronto asfixió a la joven
emperatriz, rodeada de arpías dispuestas
a observarla y criticarla, hasta el menor de sus gestos está regulado y
con la archiduquesa Sofía inmiscuyéndose en la vida conyugal, recibiendo la
primera censura al descubrir con horror que Sissi tenía los dientes
amarillos [con el tiempo la Emperatriz perdió
progresivamente los dientes debido a su mal cuidado, los dulces y falta de
aseo. Siempre evitó sonreír a boca
abierta, frente a la corte y al público
en general, por esa falta de dientes que
la acomplejó durante sus últimos años, hasta el punto de hablar en susurros
para separar los labios lo menos posible, lo que a menudo hacía incomprensibles
sus palabras y sonreía manteniendo los labios apretados]
Sissi como pudo, se alejó poco a
poco de la actividad de la corte, rompía con sus normas, comía sin guantes,
bebía cerveza en lugar de vino, se ausentaba continuamente... Era infeliz sin saber todo lo que aún le
quedaba por sufrir. Uno de tantos poemas
que dejó escrito, decía:
Un lago sin final es mi alma,
del que no veo el final.
Cuando tuvo a su primera hija
ni siquiera pudo participar en la elección del aya. Las diferencias entre la
suegra y Sisi fueron creciendo, hasta hacerse insalvables y acabaron por repercutir
en su vida conyugal. Ya de mayor,
explicó a sus hijos, lo difíciles que
habían resultado esos primeros años de matrimonio. Su hija Valeria, dijo estar enterada de la “triste
juventud de mamá cuando la abuela Sofía estaba siempre con ella y papá,
exigiendo la confianza de él, con lo que hizo imposible para toda la vida que
papá y mamá llegaran a conocerse y entenderse”.
tuvo un total de cuatro hijos:
Sofía Federica de
Habsburgo-Lorena, Archiduquesa de Austria (1855-1857) falleció a los
dos años de edad en Budapest. Sissi
nunca se recuperó de esta pérdida.
Gisela de
Habsburgo-Lorena, Archiduquesa de Austria (1856-1932), Casó con
Leopoldo, hijo del príncipe Regente (a quien Sissi hizo responsable de
la muerte de Luís II el rey loco y no quiso trato con él). Tuvieron 4 hijos. Educada por su abuela la Archiduquesa Sofía ,
marcada por un catolicismo acerbado, se la conocía como El Ángel Bueno de
Viena. Fue muy amiga de la infanta
de España Mª Paz y frecuentó mucho a Adalberto de Baviera, casado
con otra infanta de España, Amalia.
Físicamente era igual que su padre.
Murió a los 76 años y está enterrada en la Iglesia de San
Miguel, en Munich. Entregada de pequeña a su suegra, el distanciamiento con
su madre, Sissi, fue de por
vida.
Rodolfo de Habsburgo-Lorena, Príncipe Heredero de
María Valeria de Habsburgo-Lorena,
Archiduquesa de Austria (1868-1924) Físicamente era idéntica a su
padre. Nacida y educada en Hungría, por
Sissi, se le decía “la única”. Tuvo
rechazo hacia todo lo húngaro y pidió a su padre, a espaldas de Sissi, que no la obligara a hablar en húngaro. Profundamente afectada por el asesinato o
suicidio de su hermano Rodolfo (cuya relación se deterioró por el matrimonio de
ella) y el asesinato de su madre, su mente se debilitó. Después de tener diez
hijos, su matrimonio se fue a pique. Conocida y amada por su generosa
participación en obras de caridad locales.
Tras el final de la I Guerra Mundial
reconoció oficialmente el final de
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhULhkGx4ruA4Of2EWavv1gOzYwJrn-1ksyyxImq6VFGzJUrglX0ZRFpOknxu1uQnTqKxLwtNu6h8aAjfy9ec9r661F4fspAQZE9sb2HmlezMEFjkciRqNZ6095gCwq3QEeQ9MexYa7iGer/s1600/descarga+(2).jpg)
Antes de seguir adelante, retrocediendo en su tiempo, veamos cómo
aquella chiquilla de 16 años, lozana y alegre,
ante las emociones de la guerra y las tensiones de la corte, se
desmoronó con 3 partos muy seguidos en el espacio de 4 años. Comenzó a sufrir vértigos, náuseas, fatiga,
fiebre, insomnio y apatía, es decir, lo que hoy se llama un desarreglo
psicosomático.
A causa de sus crisis
nerviosas y sus repetidas curas de hambre, la salud de Sisi se rompió de tal
manera que, el médico de la Corte , aseguró que si pasaba el invierno en Viena moriría,
por lo que aconsejó su traslado hacia otro clima ya que además tenía
tisis. Sisi eligió la isla de Madeira,
suficientemente lejos como para que el emperador no pudiese acercarse a
verla. Sufría anemia y total agotamiento
físico. Sus nervios no soportaban ni la
menor sobrecarga. La gravedad fue tan
extrema que la propia reina Victoria de Inglaterra le ofreció su yate
privado para el viaje.
Hoy, la medicina moderna,
diagnosticaría una enfermedad psíquica.
La exagerada necesidad de movimiento y la negación de tomar alimentos,
son síntomas de anorexia nerviosa.
Dotada de una gran belleza, con magníficos
ojos de color pardo, piel muy blanca y cabellera de color rubio oscuro, cuidaba
su figura de una forma maniática.
El desencadenante principal de
esa obsesión para mantenerse bella y delgada empezó por sus primeros tres
embarazos de rápida sucesión. Con el enfermizo
objetivo de mantener su peso en 50 kilos y su cintura de tan sólo 47 centímetros , con
una altura de 1,72
metros , la emperatriz inventó sus propias dietas para
adelgazar consistentes en carne de ternera, pollo, venado y perdiz; sangre de buey cruda, tartas, helado y leche,
y pescado hervido, prescindiendo de verduras y frutas, a excepción de naranjas. En esa época no existía la especialidad de
nutrición y nadie podía informarle de que su estado correspondía con el de una
enferma bulmaréxica, mezcla de las dos enfermedades nutricionales más
extendidas actualmente: bulimia y anorexia.
Era muy extraño que demostrara su apetito delante de cualquier
persona. Los únicos que habían tenido la
oportunidad de ver a la emperatriz sentada ante una mesa fueron sus hermanos,
algún que otro miembro de la familia, su
hija menor y su profesor de equitación, Middleton y pocos más.
Sus comportamientos obsesivos
no se centraban solo en los hábitos alimenticios, sino también en sus
ocupaciones diarias. Tenía la necesidad
de estar siempre en movimiento, de no sentarse, de caminar durante horas, con
tal ritmo que agotaba a todas sus damas de compañía que tenían que ser
relevadas al poco tiempo. En Corfú es llamada la locomotora. No le importaba que lloviera de forma
abundante. Alguna vez caminaba, desde Possenhofen
(su hogar de niña), hasta Munich (unos 30 km ). Sentía verdadero placer en trepar, axial decía: lo debo haber sacado de las cabras cuya
leche me gusta tanto
Se martiriza el cuerpo con
sesiones de gimnasia, de la que hizo una actividad diaria que alargaba de
manera compulsiva varias horas, algo que no era común para una dama de su
época. En todos los palacios en los que se asentó, para poder practicar deporte sin ser vista,
mandó colocar espalderas, anillas para hacer trapecio, pesas y escaleras,
terminando con el salto de la comba,
Como parte de la familia Wittelsbach,
la equitación fue una de sus grandes pasiones, que compartía con los Habsburgo,
la familia de su esposo. Su afán como
amazona no sólo tenía que ver con el arte de montar, que realizaba de lado,
sino también a su vestimenta. Una vez
sentada en el caballo, ordenaba coser su traje de falda larga para que tuviera
una caída perfecta. Después del
nacimiento de su hija Sofía los caballos son su obsesión, llegando a
participar en muchos torneos. Era una de
las mejores amazonas del imperio y la acrobacia circense una de sus especialidades. Sentía un gran aprecio por todos los
animales: amaba a sus perros, hasta el
punto de pasear con ellos por los salones de palacio. Nunca se fue de viaje sin su enorme Wolfhound
irlandés, era su sombra. Le gustaban
los papagayos y los animales exóticos en general, incluso llegó a tener su
propia pista circense en los jardines de su palacio en Corfú.
Tambien era muy buena nadadora
porque desde pequeña se bañaba en el lago Starbnerg, junto a la residencia familiar en Possenhofen.
Estas obsesiones hicieron que su vanidad se
acrecentara a lo largo de los años, siendo algo narcisista y ni siquiera las
noches le otorgaban un buen sueño. A partir de los 35 años no volvió a dejar que
nadie la retratase o tomase una fotografía, había perdido ya sus dientes
frontales, tenía artritis en las manos y su estado general se había
deteriorado. Para no ser fotografiada
adoptó la costumbre de llevar siempre un velo azul sobre parte del rostro, una
sombrilla y un gran abanico de cuero negro con el que cubría su cara cuando
alguien se acercaba demasiado a ella, porque su fobia a ser retratada
incrementaba. Sólo unas pocas
fotografías se lograron sin que ella lo advirtiera.
Todo
ello fue afectando a su salud gravemente, aunque ya su carácter era de por sí
neurasténico. Tenía el cabello rubio
oscuro y lo tiñe de color castaño; llevaba el pelo tan
largo que sufría grandes dolores de cabeza y de espalda, cuando lo soltaba
formaba una alfombra por donde caminaba descalzo su hijo pequeño Rodolfo. Su peluquera era Fanny Angerer y toda una
mañana tardaba en armar una trenza apretada. El pelo es lavado cada 14 días y
ese día todo se interrumpía. Sissi
sufrió reuma, neuritis y otras enfermedades a causa de su ayuno
flagelante. Desde los 44 años sufrió,
casi todo el tiempo, dolores de ciática
y acumulación de líquidos en las piernas.
No le ayudaron sus visitas a los balnearios que frecuentaba, aunque
pasados los años, el médico Georg Metzger, probablemente ayudado por la
psiquiatría, logró cambiar sus manías nutritivas.
Por otro lado, Sissi
se caracterizó por ser una persona rebelde, culta y demasiado avanzada para
su tiempo. Fumaba cigarrillos, algo
insólito para la época. Dotada para las
letras y las lenguas, hablaba varios idiomas, alemán, ingles, francés y húngaro,
tambien el griego moderno, el antiguo,
aprendido con ahínco para poder disfrutar de las obras clásicas en su
idioma original. Disfrutó de la
literatura, en especial de las obras de Shakespeare y Shopenhauer
(tradujo textos al alemán y al griego), de Hegel y de su poeta
predilecto, Heine, en quien se consideraba que era experta.
Detestaba el
ridículo protocolo de la
Corte Imperial de Viena, de la que procuró
permanecer alejada durante el mayor tiempo posible y a la que desarrolló una
auténtica fobia que le provocaba trastornos psicosomáticos como cefaleas,
náuseas y depresión nerviosa. En definitiva, Sissi padeció trastornos de
tipo nervioso como anorexia, depresión, ansiedad y fobia a la vida pública.
A continuación
veremos las desgracias más llamativas que tuvo que soportar Sissi, desencadenantes de su trastorno:
María Luisa Baronesa de Wallersee [hija de su
hermano mayor Luís y una actriz],
fue su sobrina favorita y
confidente hasta que ocurrió la tragedia de Mayerling
(asesinato del hijo de Sissi, Príncipe
heredero y su amante, la baronesa María Vetsera). A espaldas de la emperatriz y de
todos, hizo de celestina, facilitando
encuentros entre su casado primo Rodolfo
y la noble húngara Vetsera.
Sissi, además de una virulenta discusión con su hermano Luís,
desterró a su sobrina de la corte, para siempre. Nunca les volvió a ver. Ella acabó de sirvienta en Berlín hasta que
se casó con un naturópata americano, escribieron un libro sobre Su hermano mayor, Luis
Su hermana Elena (Nené), se sintió rechazada por el emperador Francisco José cuando éste eligió a Sissi para esposa y traicionada por Sissi. Tuvieron que pasar muchos años hasta que su relación se serenara y volvieran a ser confidentes; entre ellas hablaban siempre en ingles, idioma incomprensible para la mayoría. Se casó con el Príncipe Maximiliano Thurn und Taxis y se la llevó a su imponente Palacio de San Emmeram, en Ratisbona. El murió muy joven y, en poco tiempo, tambien dos de sus hijos. La desesperación de Nené, se transformó en locura; débil de salud no podía tragar la comida, la emperatriz estuvo con ella hasta el final, siendo enterrada en la cripta de
* De las hermanas de Sissi, la que más
se le parecía era María Sofía que llegó a ser
reina, por boda con Francisco II, último rey de las Dos Sicilias y último
rey Borbón de Nápoles.
Tardaron años en consumar el matrimonio y ella se dejó de Borbones
y tuvo una relación amorosa con un conde de origen belga, del que quedó
embarazada. Dada su posición y la moral de la época, trató por todos los medios
de ocultar su preñez, pero tuvo que recurrir a su familia, siendo ya su hermana
emperatriz. En 1862, en el castillo de Possenhofen, se organizó un consejo de familia y se
decidió que el niño sería entregado a la familia del conde belga para evitar
así el gran escándalo. Esto le provocó una profunda depresión que acompañó a
María Sofía, el resto de su vida y que se agudizó durante su madurez. Se instaló en Paris y se convirtió en reina
de los Borbones exiliados.
María Sofía
* Matilde Ludovica Princesa de Borbón, otra hermana más pequeña de Sissi, por boda con Luís de Borbón-Dos Sicilias, convirtiéndose por ello en cuñada de su
propia hermana. Fueron muy
desgraciados en su matrimonio, él se refugió en el alcohol y ella en largos
viajes con sus hermanas. En 1878 él se
suicidó y ella le sobrevivió 39 años con el consiguiente escándalo en la Corte , sufriendo su
hermana, la emperatriz, todo tipo de críticas.
* La hermana más pequeña, Sofía Carlota, tuvo
varios pretendientes a los que siempre rehusaba, entre ellos al mismísimo
hermano del emperador. En cambio, la enamoró locamente, el rey Luís II “el rey loco”. Compartían la pasión por la música y por Wagner,
eran dos almas gemelas pero, inexplicablemente, se rompió el compromiso. Ella posteriormente casó con un Orleáns Duque
de Alençon, en 1868. Tuvo la desgracia
de fallecer en un incendio en Paris, en 1897.
Cuando la emperatriz se enteró de lo sucedido vaticinó que ella misma
también moriría de forma violenta.
Desgraciadamente no se equivocaba.
[Sofía, desde que apareció ahogado el rey loco,
Luís II, no volvió a ser la
misma. Siendo una teresiana prácticamente,
comenzó una huída hacia el adulterio. Ya
cuarentona dejó al aburrido Orleáns y se lió con un médico casado y
padre de familia, el ginecólogo Dr. Glaser,
abandonando a su esposo e hijos para fugarse con él. La esposa del doctor se entera y amenaza con
hacer público el escándalo. La familia Wittelsbach
quedó pasmada, con Sissi ya emperatriz en la Corte.
Los amantes huyen a Merano, les descubren y
obligan a separarse. Sofía cae en
depresión. Más tarde, estando en Paris,
en un Bazar de Caridad, siendo
ella una de las organizadoras, surgió un incendio y por querer salvar antes a
las jóvenes, murió quemada. Sus restos
fueron identificados por la dentadura.
Su último deseo -que tras su
muerte sus cabellos fuesen quemados-
se cumplió de la forma más trágica].
* Maximiliano, el hermano más joven de Sissi, era conocido por su rara belleza. Se enamoró
de la princesa Amalia de Sajonia a quien el propio emperador ennovió con
el Príncipe Leopoldo. A su vez,
éste estaba enamorado de la archiduquesa Gisela, hija de Sissi. La emperatriz tuvo que intervenir y casó a
su hija con Leopoldo y, de esta
forma, se pudo casar su hermano con Amalia.
Falleció muy joven aunque la
emperatriz no llegó a ver su muerte, sí su enfermedad, hemorragias intestinales
constantes.
Esto que hemos leído es solo parte de lo que ocurrió con sus
hermanos, pero sigamos ahora en la
Corte :
Es
conocido por todas el amor que Sissi sentía por Hungría, pero es un secreto el por qué. Se dice que por oposición a su suegra Sofía
que odiaba todo lo húngaro pero la realidad es que se lo inculcó un maestro
historiador, Majlath, que precisamente le impuso su suegra antes de
casarse, ya que quería que se ilustrase en todo lo que concernía al imperio,
sin saber que era malicioso y atrevido.
El historiador, le enseñó la
verdadera situación de Hungría y
las ventajas del sistema republicano.
Años más tardes se suicidó en el lago Sternberg.
Más
tarde, también le transmitió el amor por ese país, Ida von Ferency, joven de modesto
origen a quien eligió para aprender húngaro.
Fue su servidora y amiga
confidente durante 30 años. A través de
ella conoció al Conde Gyula Andrássy, quien llegó a ser su mejor
amigo. El abogaba por una Hungría integrada en el seno del Imperio pero
con una constitución y un estatuto propio.
En 1857, los emperadores tuvieron que hacer una visita a Hungría. Sissi,
se empeñó a llevar consigo a sus hijas, Sofía
y Gisela, a pesar de la rotunda negativa de su suegra, por la frágil salud de la niña Sofía. Durante el viaje, las niñas enfermaron
padeciendo altas fiebres y diarrea.
Mientras que la pequeña Gisela se recuperaba rápidamente, su
hermana no tuvo la misma suerte y murió, seguramente deshidratada. Los médicos no supieron qué decir, si
intoxicación alimenticia o epidemia.
Las últimas teorías apuntan a que Gisela le pegó el sarampión. Su
muerte, sumió a Sissi en una profunda depresión que marcaría su
carácter para el resto de su vida.
Ello propició que le fuese denegado el derecho sobre la crianza del
resto de sus hijos y, convencida de
su propia incompetencia, dejó a su
suegra que educara a Gisela a su gusto.
En 1858,
tras el nacimiento del príncipe Rodolfo,
que fue sin lugar a dudas su hijo predilecto, la relación entre Sissi
y Francisco José comenzó a enfriarse ya que su suegra, apartó al niño del
lado de su madre, para que recibiera una mejor educación como heredero y esto
motivó otra gran depresión en Sissi.
Cae enferma con tuberculosis y
su marido la envía al Mediterráneo, a cuidarse, acompañada de un
médico. Es cuando realiza su primer
viaje “hacia el sol”, eligiendo el destino de la bella Madeira, luego Corfú,
Venecia…
Con el enemigo a las puertas
de Viena, se decide la marcha de la familia imperial. El emperador envía a su esposa a Budapest. Desengañada de la sociedad austriaca, su amor por el pueblo húngaro dio sus
frutos. El pueblo acabó regalándole un
magnífico palacio en Gödollo. Rechazada en Viena, Hungría le ofrece
su hermosa revancha y, con 29 años, en 1867, son coronados reyes de
Hungría. A las 4 de la mañana, desde
lo alto del Castillo de Buda se
disparan 21 cañonazos. El Conde
Andrassy, como Palatino o Virrey de Hungría, coloca la corona sobre
la cabeza del monarca, terminando los rituales con los gritos de ¡Eylen
Erzsebet, eylen Ferenc Jozsef!,
Una y otra vez vuelve al país que la
enamora y decide que sea en el palacio de Gödollo, donde nazca su cuarta
y última hija, María Valeria,
la única que pudo criar ella misma, a la
que llamaba cariñosamente "mi hija
húngara”, dado el gran aprecio a ese
pueblo, lugar donde habitualmente se refugiaba y en cuya cultura y costumbres
se empeñó en educarla.
Los grandes enemigos que
Sissi también la llamaban así pero
despectivamente por considerar a su padre, al conde húngaro Andrássy. No obstante, el gran parecido que Valeria guardaba con su padre, el emperador, se
encargó de desmentir tales rumores. Andrássy fue el mejor amigo de Sissi
y, según todos los autores, ella siempre fue fiel al emperador.
En
el mismo año de 1867, ocurrió otra gran desgracia. Fusilaron al hermano del emperador,
Maximiliano emperador de México y Sissi tuvo que ayudar a su cuñada
Carolina, enloquecida.
A
partir de 1882, abandonó poco a poco la equitación y se dedicó
únicamente a la marcha, llegando a recorrer hasta 10km diarios, a la gimnasia y
la esgrima. Lo único que se lo impedía
era su ciática.
En 1883 da
comienzo la relación del emperador con la actriz de moda en Viena, Katharina Schratt (hermosa, de ojos
claros, tez de melocotón y cabellos castaños) separada de un Barón, su
presencia en la corte levantó ampollas entre los sectores más religiosos y
reaccionarios. Sissi se encargó de forjar la amistad entre su
marido y la actriz, ya que se sentía culpable de las ausencias de la capital austriaca
y de no estar con su esposo. Se presentó
en casa de ella, a orillas del lago Stwolfgang, sin avisar, sin previo
anuncio, para hablar de mujer a mujer.
Había notado que el emperador, poco aficionado a salidas privadas, iba
mucho al teatro a verla actuar y quiso normalizar aquella relación.
Le dijo que
estaba buscando una dama de compañía para el emperador, que le distrajese del
inmenso trabajo que le agobiaba y que pudiera sustituirla en sus largas ausencias. Sabía que su carácter le relajaba. Alcanzaron un pacto. El emperador nunca comprendió a Sissi, “los
misterios de mi compatibilidad con mi esposa son para mi como los misterios de
la religión”. El emperador tenía
entonces 53 años y Catalina 32. Se
dirigía a ella siempre, como Gnadige frau (apreciada señora).
El drama de Mayerling, con la muerte de Rodolfo,
unió más al emperador y a la actriz. Alquiló una villa muy cerca de la
imponente residencia imperial y, cada mañana, el emperador, vestido con botas,
guerrera y sombrero de caza iba a pie hasta la villa y desayunaban... Ella compró la casa con préstamos y él, únicamente le entregaba una cantidad
para sus gastos personales. El
emperador, con fama de estricto, alérgico a todo tipo de favores ni se atrevió
a solicitar un papel para el teatro, para ella.
La actriz estará a su lado, enamorada,
durante más de 30 años, hasta su muerte.
[Ese día, 30 años después, en 1916, recibirá una gélida llamada
para comunicárselo y se le pidió que se abstuviese de visitar la capilla
ardiente pero ella se presentó,
tímidamente, a la entrada de los
apartamentos imperiales, llevando dos rosas en la mano y dispuesta a suplicar, pero sucedió algo que no tenía previsto. El
nuevo emperador, Carlos I, se
abrió camino entre familiares y oficiales,
la tomó de la mano y la llevó hasta el féretro].
Katherina Schratt
El 13 de junio de 1886 aparece ahogado su primo, el
rey Luís II de Baviera el rey loco, en el lago Sternberg, con
41 años. Había
nacido en el imponente palacio de Nymphenburg, residencia de verano de
la familia real bávara.
El 5 de oct de 1886, Sissi, sale
de Viena para un crucero por el Mediterráneo y llega a Corfú. Allí encuentra la paz.
Regresó
al año siguiente y la convirtió en “su isla”. Quiere ser enterrada allí. Acude al afamado arquitecto Sr. Bukovich,
quien comprendió inmediatamente el edificio que deseaba, El Achilleon. Se tardó dos años en construir. El rincón preferido del Palacio era el
peristilo. Aquí nadie la molesta ni se
aventura a entrar sin haber sido llamado. Los muros, ornados de frescos
inspirados en la Odisea ,
la hacían feliz. Ella vuelve a Corfú una y otra vez. Pero como bien dejó escrito: “Si tuviera que quedarme siempre en un mismo lugar, el mismo paraíso me parecería un infierno” Se la llamó la emperatriz errante.
Palacio Achillion
En
1889, la vida
de la emperatriz cambiaría radicalmente a causa del asesinato de su único
hijo. Casado, convenientemente, con la
hija de Leopoldo, rey de
Bélgica, nunca se comprendieron y
tuvieron una hija a la que llamaron Elisabeth. Más tarde comenzó una relación con una noble
húngara, Maria Vetsera; quiso
pedir la nulidad de su matrimonio y el emperador se opuso con violencia.
El príncipe
Rodolfo, padecía de ciertos trastornos
psicológicos, separado de su madre desde
el mismo momento de su nacimiento, tuvo una estricta educación militar en su infancia. El padre es un Habsburgo y Rodolfo es
un Wittelsbach. Individualista y nervioso, físicamente se parece a su
madre, de ella heredó sus deslumbrantes rasgos, su mirada inquieta, su
majestuoso porte, su espontaneidad y
también el desorden de carácter, el
pesimismo, el deseo de libertad y de autodestrucción. Sufre, visiblemente, de enormes carencias
efectivas.
Sissi, flanqueada por su hija Valeria y su nuera,
cubiertas las tres con velos negros hasta los tobillos, asistieron a una misa
privada. Sufre como nunca, maldice el
día que conoció al emperador, reniega contra todo. Sissi creyó mucho en las
premoniciones y recuerda lo que dice la gente: los Habsburgo empezaron su
poderío con un Rodolfo y con un Rodolfo lo terminarán. Huye de Viena. Su reacción fue regalar todas sus joyas, por
lo que fue acusada de estar loca. Ya
para siempre, adoptó el negro como único color para su vestimenta, excepto en
los cumpleaños del emperador. Jamás
regresó a Corfú. Uno de sus
profesores de griego, dejó escrito: Es el más solitario de los seres humanos
pues se pertenece enteramente a sí misma.
Con el tiempo, sus encuentros
con el emperador se hicieron extraños pero, curiosamente, su correspondencia
aumentó de frecuencia y la relación entre los esposos se fue convirtiendo en
platónica y cariñosa.
A la muerte de
Rodolfo, único hijo varón, la
sucesión de la corona pasó a la línea colateral, al tercer hermano del
emperador, el Archiduque Carlos Luís,
(precisamente fue el primer amor infantil de Sissi). Después de enviudar dos veces, se casó
con, Mª Teresa de Braganza,
hija del rey de Portugal y ésta hacía de Primera Dama de la familia
imperial, sustituyendo a Sissi en la Corte , dante sus largas ausencias.
En 1890 falleció el patriota húngaro,
el conde Andrassy, el que sin duda fue el mejor amigo de Sissi. Eterno enamorado de ella
La última etapa en la vida de la Emperatriz estuvo
marcada más que nunca por los viajes. En sus últimos cinco años atravesó cinco
veces el Mediterráneo, con un barco de vapor que compró, al que llamó Miramar construido en un astillero británico, con una tripulación
de 144 hombres, con una vaca y varias cabras para consumir la leche fresca que
a ella tanto le gustaba. Toma como
símbolos el delfín, animal sagrado, bajo el que se oculta Neptuno. Sissi adoraba el mar. Una vez, en una tempestad se hizo atar a uno
de los palos para poder admirar la magnificencia del mar embravecido, sin caer al
mar. Entre otras excentricidades, al
final de su vida se hizo tatuar un ancla en el hombro (por el gran amor que
sentía por el mar y las travesías y por sentirse sin patria propia, como los eternos
marineros que vagan por el mundo) Además de los dichos anteriormente, visitó
otros países como Portugal, Marruecos, Argelia,
Malta, Turquía
y Egipto. En España
estuvo en Mallorca, Alicante y Elche, donde bautizó una palmera de siete
brazos. Se la llamaba la emperatriz
errante.
Además hizo muchos viajes
terapéuticos a Holanda ya que su tipo de vida le pasó cuenta, con dolores de
huesos y falta de fuerzas.
El
10 de septiembre de 1898, se levantó
más tarde de lo habitual porque pasa mala noche debido a sus dolores de ciática. Después de desayunar, se fue de compras,
adquirió una caja de música y se retiró a descansar hasta la salida del
barco. Una de sus damas, la condesa Irma
Sztaray, la recoge para tomar el barco
de las 13:00 y salen hacia el cercano embarcadero, en el Lago Lemán. A unos 50m del barco, un hombre choca violentamente
con la emperatriz y la hace caer. Con
ayuda de un cochero, Irma, logra levantarla y corren hacia el barco para
no perderlo. Primero con las mejillas
muy rojas y luego muy pálida, la emperatriz empezó a sentirse mal, se queja de
dolor en el pecho, se marea y se desvanece. Irma pide ayuda en el barco y le traen un
terrón de azúcar mojado en alcohol,
consigue que abra los ojos. Sissi
no es consciente de lo que había sucedido. Sus últimas palabras fueron ¿Qué me ha pasado? Y cayó desvanecida. Irma desabrochó el
vestido de la emperatriz para que respirara mejor y vio una pequeña mancha de
sangre sobre el pecho. Avisó al capitán
del barco de la identidad de la dama y regresaron al puerto. Improvisan una camilla con dos troncos y la
llevan al hotel Beau Rivage. A su
habitación llegan doctores pero ya es un cadáver de 61 años, de 1,72cm de
estatura y 49kg de peso, presentando herida punzante situada a 14cm debajo de
la clavícula izquierda y a 4 por encima del seno; la herida tiene forma de uve que interesa el
ventrículo izquierdo del corazón de arriba a abajo, pequeño desgarro pulmonar y
fractura de la cuarta costilla.
Sobre una mesa se depositan los objetos que llevaba
encima: cadena de oro con la alianza
que nunca llevaba en el dedo; abanico de
cuero; reloj ingles de metal, con nombre
de Aquiles grabado; 1 brazalete con
varios dijes; 1 silbato; 1 pequeño cisne de cristal de roca con 12
diamantes; 1 medallón con foto y mechón
de su hijo Rudolf; 1
medallón con los versículos del Salmo 90.
Fue
atacada por un anarquista italiano, Luigi Lucheni, albañil en
Lausanne. Fingió tropezarse con ella
y, aprovechando el desconcierto, deslizó un fino estilete en el corazón de la
emperatriz. El asesino, en
realidad, estaba planeando un atentado
contra el pretendiente al trono francés, un Orleáns, pero al leer en un
periódico que la visita fue anulada y que la Emperatriz se
encontraba en la ciudad, decidió buscar en ella a la víctima perfecta para
pasar a la posteridad. Se ahorcó en la
cárcel.
Cuando se lo comunicaron al
emperador dijo: Nadie sabe lo que nos hemos querido, frase que repitió
hasta el día de su muerte. Fueron 44 años de matrimonio. En el comunicado oficial de la muerte de Sissi,
el emperador se expresó así:
“A mis pueblos... mi esposa,
el más preciado ornato de mi trono, la compañera que fue siempre el apoyo y el
consuelo de las horas más tristes de mi vida, no existe ya...”
El
cuerpo de la emperatriz fue trasladado, en tren, hasta Viena. Llegó a las 11 de la noche y se hizo el
ritual secular de la familia imperial.
En el recorrido hasta Hofburg, los guardias, integrados por
húngaros y húsares, vestidos de azul,
formaron una hilera silenciosa e ininterrumpida, siendo sepultada en la Cripta Imperial
o Kaisergruft, en la Iglesia de los Capuchinos, en vez
de en su palacio de Corfú, el Achilleon, donde deseaba recibir
sepultura realmente, tal como indicó en su testamento.
En el entierro, las llorosas
archiduquesas Mª Valeria y Gisela no se separan de su padre.
Los húngaros se indignaron al
no figurar el titulo de Reina de Hungría en la lápida y fue tal la
protesta que, posteriormente, se incluyó en húngaro Erzsebeth Kiralyne.
Ante
la estupefacción general, se supo que la liquidación de su fortuna personal ascendía
a 10 millones de florines. En su
testamento dejó una quinta parte de sus bienes a sus hijas, Gisela y Valeria
y otro quinto para la pequeña Elisabeth, hija de su hijo Rodolfo. Además mejoró a Valeria con un millón
de florines y con la
Villa Hermes , de Lainz [En 1882, el
Emperador ordenó la edificación de la Villa Hermes , en Lainz, cerca de Viena para su
emperatriz y especificó que la decoración del dormitorio fuera inspirada en El sueño de una noche de verano, de
Shakespeare). Makart diseñó para él un
mundo de sueños fascinante que todavía existe en la Villa Hermes como una
gran pintura. Intervino tambien el gran
Gustav Klimt]. Gisela debía contentarse
con El Achilleon, despojado de
muebles e inhabitable debido a su estado.
De los bienes personales de la emperatriz no quedaba gran cosa. No fue posible localizar los costosos regalos
que había recibido con ocasión de su boda.
El collar de perlas, de 3 vueltas, que el emperador le regaló cuando
nació el heredero también había desaparecido.
El resto de las joyas las había regalado.
Sissi creyó mucho en las
premoniciones, siempre la inquietó algo
que sucedió en su hogar familiar de Possenhofen, en el lago Sternberg
y, mucho más, después de la muerte de Luís II. En una reunión familiar salió a corretear por
el bosque, con su hermana Sofía y su primo, futuro Luís II el rey loco,
y llegaron hasta un campamento de gitanos,
donde una mujer vaticinó al verlos:
Tres niños, tres
tragedias. El chico morirá por agua, Vd.
linda muchacha por hierro y la chiquilla por fuego.
Como último recuerdo hacia Sissi, aquella jovencita de 16 años, hermosa, alegre y soñadora que fue derrotada
por su propio destino, uno de sus
poemas:
Desearía dejar este mundo como
el pájaro que echa a volar y desaparece en el éter. Como el humo que se eleva, voluta azul ante
nuestros ojos que, al cabo de un instante, ya no está.
Y si un día debo morir,
tumbadme en la playa y que mi última mirada pueda volverse hacia mi querido
mar...
Poemas de Sissi: Le Journal poetique de Sissi. Issy-les-Moulineaux. Editorial du Felin et Arte. 1998.
Finalmente acabaremos con una reflexión: No
fue esposa amante y devota, ni una auténtica madre de familia, ni la primera
figura representativa de un gigantesco imperio.
Era republicana en el fondo de su corazón. En sus cartas privadas a Carmen Sylva (reina
de Rumania), dejó dicho: “La forma de gobierno republicana es la única
racional. No comprendo cómo aún nos
aguantan los insensatos pueblos.”
Su vida fue llevada al cine en varias
ocasiones siendo las mas conocidas las producidas en la década de los años 50
(su guión está basado parte en su historia y parte en ficción):
Sissi es una película de 1955, dirigida por Ernst
Marischka y protagonizada por Romy
Schneider (Sissi) y Karlheinz Böhm (Emperador Francisco José I). Como secuela de esta película, surgen las
películas Sissi Emperatriz , producida en 1956, y El
destino de Sissi, de 1957, todas dirigidas por Ernst
Marischka.
P A R T E II
BAVIERA
(DINASTIA
WITTELSBACH)
Y SU RELACION
CON
BAVIERA
(DINASTIA WITTELSBACH)
Y SU RELACION
CON LA CORONA ESPAÑOLA
Pongámonos cómodos y digamos todos a
una:
Érase una vez un lugar
llamado...
Ducado
de Baviera, el
cual, durante casi toda su
historia fue Ducado independiente,
hasta ser elevado a Reino, por Napoleón, en 1806.
El
primer duque fue nombrado por los Godos y los sucesivos lo fueron por
los emperadores que estuviesen en el poder.
Pasaron
siglos hasta que, en el XII, el emperador Federico I Barbarroja, entregó
el Ducado de Baviera a un Wittelsbach, concretamente a Otto
I.
Esta
dinastía ha dado, además de una consorte
emperatriz de Austria (Sissi), un rey alemán, en el siglo XV: Roberto
del Palatinado y dos Sacro Emperadores Romanos Germánicos, en los siglos
XIV y XVIII: Luís IV y Carlos
VII. Es una de las casas reales más
antiguas e importantes de Europa. Se
mantuvo en el poder hasta 1918, cuando fue abolida la monarquía en todos los
estados alemanes, por el fin de la guerra.
Aunque desposeídos del trono, los Wittelsbach, siguen
reinando, oficiosamente, en su país.
1º ENCUENTRO CON LA CORONA ESPAÑOLA :
Carlos
II de Habsburgo (El Hechizado) casado en segundas nupcias con Mª Ana del Palatinado Neoburgo
(Wittelsbach).
2º ENCUENTRO CON LA CORONA ESPAÑOLA :
A
la muerte de Carlos II (muere sin descendencia) nombra heredero en su
testamento a José Fernando de Baviera
(sobrino nieto).
3º ENCUENTRO CON LA CORONA ESPAÑOÑA :
Adalberto
Guillermo de Baviera (Hijo del rey Luís I de Baviera) se casó con Mª
Amalia Filipina de Borbón y Borbón.
4º ENCUENTRO CON LA CORONA ESPAÑOÑA :
Luís Fernando
de Baviera, se casa con la Infanta
María de la Paz Borbón.
5º ENCUENTRO CON LA CORONA ESPAÑOÑA :
Fernando
María de Baviera y Borbón. Se casa con María Teresa de Borbón y
Habsburgo-Lorena (2ª hija de Alfonso XII.
OTROS MIEMBROS DE LA FAMILIA WITTELSBACH
RELACIONADOS CON LA
CORONA ESPAÑOÑA :
José Eugenio
de Baviera, segundo hijo
de Fernando María de Baviera y Borbón y María Teresa de Borbón.
Tesa de
Baviera, Tercera hija del Infante José Eugenio de Baviera.
A
continuación vamos a entrar en profundidad en cada uno de los puntos.
PRIMERO: El primer cruce de la familia Wittelsbach, con nuestro país, se realiza en el siglo
XVII, crucial en la sucesión a la corona
española ya que, el último rey de la
Casa de Austria en España, Carlos II
de Habsburgo el hechizado (1661-1700), murió sin descendencia y se
extinguió la rama española de los Austrias.
Este
rey, una vez viudo de Mª Luisa de
Orleáns, se casó en segundas nupcias, nada menos que con la princesa Mª
Ana del Palatinado-Neoburgo, hija del Elector Palatino y Duque de
Baviera, en 1667, en Valladolid, en
el maravilloso Claustro de San Diego, dentro del conjunto del Palacio Real.
Nada
más llegar a Madrid con su camarilla alemana, se enfrentó con su suegra, Mariana
de Austria. Casi todas las figuras
históricas tienen defensores y detractores pero la princesa bávara solo tuvo
detractores. Parece ser que fue una
mujer fría envidiosa y ambiciosa. Prueba
de su conducta patológica es que llegó a simular hasta 12 embarazos (el pueblo
de Madrid cantaba: 3 vírgenes hay en Madrid, la
Almudena , la de Alemania y la reina Ntra. Sra.) Nunca supo hacerse popular
entre sus súbditos, la tachaban de “alemana, pelirroja y antipática” y había algo de razón en ello ya que cogía
dinero de las arcas españolas para enriquecer a su familia en Alemania, aunque
también hay constancia de que, en épocas de crisis, tuvo que empeñar sus joyas para sufragar
gastos a los que no alcanzaba el monarca.
En
Córdoba hay terrible ventolera;
a Granada no voy sin ser oidora;
para Jerez no soy tan gran señora.
En Sevilla hay comercio y no quisiera,
porque no me ha hecho Dios tan vendedora;
el ir a templar gaitas a Zamora
es tan malo como ir a Talavera.
En Valencia hay poquísima sustancia,
mucho arroz, flores, fuero y contrafuero
y, en fin, a todos tengo repugnancia.
Más pues nada me cuadra (caso fiero)
una de dos: o ser delfina de Francia
a Granada no voy sin ser oidora;
para Jerez no soy tan gran señora.
En Sevilla hay comercio y no quisiera,
porque no me ha hecho Dios tan vendedora;
el ir a templar gaitas a Zamora
es tan malo como ir a Talavera.
En Valencia hay poquísima sustancia,
mucho arroz, flores, fuero y contrafuero
y, en fin, a todos tengo repugnancia.
Más pues nada me cuadra (caso fiero)
una de dos: o ser delfina de Francia
SEGUNDO: El segundo encuentro con la
corona española viene de mano de:
JOSÉ FERNANDO DE WITTELSBACH (1692-1699), Príncipe
Electoral de Baviera y heredero de todos los reinos, estados y señoríos de la Monarquía Hispánica
por derecho.
Como
hemos dicho, Carlos II de Habsburgo, no tuvo herederos, por lo que en su
testamento nombró sucesor de todos sus reinos a su sobrino-nieto, José
Fernando de Baviera, por ser el
príncipe con más derechos a la corona de España (bisnieto de Felipe IV de
España y nieto del emperador Leopoldo de Habsburgo) con beneplácito de toda
Europa, por ser la elección menos amenazante para las potencias.
José Fernando de Wittelsbach |
Pero
éste desgraciadamente muere repentinamente, en Bruselas, en 1699 y complicó las
cosas. Optaron a la sucesión, el Archiduque Carlos de Austria y
el Duque de Anjou Felipe de Borbón Duque de Anjou llegando con él a España, el primer Borbón con el nombre de Felipe
V. Su madre, curiosamente, era otra Wittelsbach, María Ana de Baviera, nacida en Munich.
TERCERO: El tercer
encuentro Wittelsbach, aparece con: ADALBERTO GUILLERMO
DE BAVIERA (1828-1878), Príncipe de
Baviera, hijo de LUIS I DE BAVIERA (1786-1868), Rey de
Baviera (Su boda, en 1810, dio origen a la Oktoberfest
(fiesta de la Cerveza de Munich). Adoptó una política
constitucional moderada durante los primeros años de su reinado, pero más tarde
gobernó como un monarca absoluto, en
respuesta al espíritu revolucionario que triunfaba en Europa. Aunque los
políticos acérrimos católicos dominaron la vida del país en la última década de
su mandato, no consiguieron que desterrara a su amante, la guapísima bailarina.
![](file:///C:/DOCUME~1/Usuario/CONFIG~1/Temp/msohtml1/01/clip_image002.gif)
Su hijo más pequeño, Adalberto,
obedeció a su padre quien estaba empeñado en emparentar con los Borbones
y se presentó en Madrid: Adalberto, llegó a Madrid y conoció a la Infanta de España, Amalia Filipina de Borbón y Borbón (1834-1905). Ella era la sexta hija del
Infante Francisco de Paula de Borbón (hijo de Carlos IV de España). Era de la misma edad que Sissi
emperatriz. Además, era la cuñada de Isabel II reina de España, por ser hermana del rey consorte Francisco de
Asís Fernando de Borbón y Borbón de las Dos-Sicilias, al que el pueblo de Madrid apodaba
“Paquita”.La chispa estaba obligada a surgir, entre Adalberto y Amalia,
con sus impresionantes pedigríes. El
pobre Adalberto no era muy atractivo, aunque tampoco Amalia y
encima pobre, amante de los puros habanos y gorda como una peonza. Se casaron, el 25 de agosto de 1856, en el Palacio Real de Madrid, donde vivía Amalia, protegida por su cuñada Isabel II. Vivieron en Munich y en su casa
les visitaba mucho su sobrino Alfonso XII de España, para aprender alemán. Fue un matrimonio feliz y tuvieron cinco
hijos. Después de la Revolución de
1868, la Infanta Amalia
ya no volvió a España. Está enterrada en el panteón real de la Iglesia de San
Miguel, cerca de la tumba de Luís
II el rey loco.
Infanta Amalia
Uno de los cinco hijos de Adalberto y
Amalia, es nuestro siguiente encuentro,
nacido en Madrid:
CUARTO:
LUIS FERNANDO DE BAVIERA (1859-1949)
Príncipe
de Baviera, Miembro de la
Insigne Orden del Toisón de Oro, como era de esperar, se
enamoró de otra Infanta de España, su prima hermana, Maria de la Paz de Borbón (1862-1946),
(hija
de Isabel II de España). Su padre, no era el rey consorte, sabido era
por todos las correrías de Isabel II y la aparente homosexualidad del
rey, es la misma reina Isabel quien comentó lo que pensó sobre su
esposo, Francisco de Asís, en la noche de bodas: « ¿Qué
pensarías tú de un hombre que la noche de bodas tenía sobre su cuerpo más
puntillas que yo?». En
cualquier caso, parece ser que el verdadero padre de la Infanta Paz fue
un diplomático, Miguel Tenorio de Castilla, Secretario de Isabel
II y vivió con la infanta Paz, en Munich,
durante 26 años. También fue el padre de
las Infantas Pilar y Eulalia.
Pues bien, tras prometerse
en un paseo por
|
Donde precisamente había nacido Luís II,
el rey loco. Este magnífico palacio,
es uno de los más importantes de toda Alemania, construido con detalles de
estilo barroco, para la residencia estival de los monarcas bávaros durante el
XVII.
Palacio de Nymphenburg
Con motivo de la boda, España le regaló a Paz, 6 jacas y ella las
bautizó, Guadiana, Guadalquivir, Ebro, Tajo, Duero y Manzanares.
Luís Fernando fue un médico excelente. Primo y amigo del rey Luís II de Baviera,
además de llevarle las finanzas particulares.
Paz, fundó en Munich, el Pedagogium
español: Amplió un asilo para niños pobres, con dinero de sus amigos
españoles, dentro de los terrenos del palacio de Nymphenburg. En él se alojaban, para su enseñanza, un
muchacho de cada una de las provincias de España, desprovistos de medios. Por ello le fue concedida, a Paz, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso
XII. Uno de aquellos niños fue Profesor
de la
Universidad de Salamanca y director del Instituto Ramiro
de Maeztu, Domingo Sánchez,.
A la caída de la monarquía, en Baviera,
en 1918, les permitieron seguir residiendo en un ala del fabuloso palacio de Nymphemburg, por ser un médico muy respetado, aunque se
trasladaron a un piso a la
Plaza Odeon , de Munich.
Con Hitler en el poder, les registraron y
confiscaron todo, incluso las cartas con Alfonso XIII, entonces ya en el
exilio. Cuando entraron las tropas
americanas, varios soldados les encañonaron y robaron las joyas que
pertenecieron a la madre de Paz, la reina Isabel II de España y,
para probar su autenticidad rascaron las piedras contra el cristal y, al no
quedar señales, se enfurecieron y Paz, dijo:
“qué curioso, siempre creí que las joyas de mi madre eran auténticas”
Fueron muy respetados en Alemania y tambien
en Inglaterra. Ella fue autora de varios
libros. Su
casa estuvo siempre abierta a los literatos y artistas, formando tertulias con
los artistas españoles que recalaban en Baviera como Sarasate (violinista),
Bretón (compositor), Rosales y Carbonero (pintores), Richard Strauss, el pintor
Franz von Lenbach, o el Premio Nobel Paul Heyse, entre otros muchos.
Alfonso
XIII, dijo de Paz que había sido el
orgullo de todos. Buena, cariñosa, había reemplazado a su madre en el cuidado y
atenciones de su hermana menor. Su matrimonio fue tan armonioso que durante toda
su vida de casados Luís Fernando siempre le puso una flor sobre la mesa
cada día a la hora de comer.
La infanta Paz
estuvo en el pueblo de Santillana del Mar hacia 1881 siendo recibida
allí por el Marqués de Santillana cuya biblioteca admiró. Le gustó un libro de horas que el señor de
la casa le regaló. Unos cuarenta años
más tarde, el pueblo de Santillana, por voluntad de su Concejo, regaló a la infanta
Paz una casita típica para que pudiera habitarla en los veranos o hacer de
ella lo que estimase más conveniente. El Conde de Güell, comunicó a Paz
mediante una carta que los conocidos y desconocidos de la provincia de
Santander (la idea partió de él mismo) ponían a su disposición en Santillana
esa casa, completamente amueblada.
Seguiría un escrito oficial del Alcalde. La familia del Marqués
de Comillas sabía el cariño que Paz tenía a Santillana desde
su juventud.
QUINTO: El siguiente
encuentro: FERNANDO Mª DE BAVIERA Y BORBON (1884-1958)
Infante de España, Duque de Cádiz y
Príncipe de Baviera,
hijo mayor, de LuisFer y Paz, Fernando
de Borbón (se decía de mediano intelecto, interesado únicamente en sus
uniformes y joyas), le asomaba “un
deje de feminidad que le daban un toque de distinción”. Nació en el Palacio Real de Madrid
y está enterrado en la Catedral
de La Almudena. Estudió en la Academia Militar de Baviera y en la Universidad de
Munich. Fue Teniente General del
Ejército Español, entre otros. No muy
agraciado, como siempre suele pasar era dulce y sensible. Contrae matrimonio
con María Teresa de Borbón y Habsburgo-Lorena (1882-1912)
Infanta de
España desde su nacimiento (Segunda hija de Alfonso XII y Mª Cristina de
Habsburgo-Lorena)
y Princesa
de Baviera por matrimonio.
“Nuestra María
Teresa vale mucho. Deseo que sea muy feliz. Pero sería una pérdida si tuviese
que abandonar el país. Será muy difícil que encuentre lo debido, pues son muy
pocos con los que puede contarse…”
El
veneno inoculado por doña Isabel surtió sus efectos y poco después los Baviera,
en pleno, se presentaban en Madrid,
como si de una visita de familia más se tratase. Llegaron la Infanta Paz y
su esposo con sus hijos. Alojados en el Palacio Real, Mª Teresa, empezó a acudir por la mañanas a leer versitos
al cuarto de tía Paz, en presencia de Fernando, que no se
apartaba de la estancia, sincera o fingidamente embobado.
Al
poco tiempo, mientras desayunaban Paz y el Príncipe Luís Fernando, apareció
su hijo Fernando y, con rostro serio, declaró que necesitaba hablar con
ellos porque le gustaba la
Infanta Teresa.
Fue tal el asombro de Luís Fernando que dejó caer la cucharilla
en la taza y Paz preguntó si había hablado con ella del asunto, “Sí, ayer, después de la comida en honor
de la fiesta de onomástica del Rey”.
Casó en primeras nupcias con su
prima, la segunda hija de Alfonso XII
y la reina Mª Cristina, la Infanta Maria
Teresa, en 1906. De ella se decía que no era bonita pero cosía
perfectamente, era modesta y bondadosa.
En
agosto de 1911, Fernando y María Teresa, estuvieron en el fastuoso palacio de Nymphenburg
visitando a su madre la Infanta
Paz. Aquella fue
la última vez que María Teresa estuvo en Baviera. Poco después nacería su hija Mercedes
y luego la princesa Pilar. Ocho
días más tarde del nacimiento de ésta, María Teresa falleció
repentinamente a consecuencia de una embolia, en su domicilio de la C / Mayor, nº 99-101, de Madrid,
siendo enterrada en el Panteón de los Infantes del Monasterio de El
Escorial. Parece ser que, al enterarse Fernando, cayó desplomado.
El
día de su muerte, María Teresa, había
estado acompañada por su madre la reina María Cristina, que había estado
junto a su lecho, en animada conversación con ella, encontrándola muy bien en
su estado convaleciente. Salió un
momento y cuando volvió, la infanta estaba muerta. La reina Mª Cristina parecía la
estatua del dolor. De nuevo, como ya
había hecho con su hija mayor Mercedes,
vistió con sus pálidas y alargadas manos, y amoroso cuidado, el cadáver de su María
Teresa con el hábito del Carmen.
Todos
los hijos de Fernando y María Teresa fueron reconocidos Príncipes de
Baviera e Infantes de España. Los
varones realizaron en España su carrera militar.
Tras
la muerte de María Teresa, Fernando, vivió semienterrado con sus hijos, en su casa de la Cuesta de la Vega. Su cuñado el rey Alfonso XIII, le encargó diversas
misiones oficiales en Alemania, Austria y Rumania. Al poco tiempo, anunció súbitamente que iba
a casarse de nuevo y renunció a sus derechos a la Casa Real de
Baviera, pero recibió el derecho,
titulo, rango y armas de Príncipe de Baviera. Fue
el primer Baviera al que se concedió el rango de Infante de España.
Casó en segundas nupcias con Mª Luisa de
Silva y Fernández de Henestrosa. Era
14 años mayor que su marido pero ella se quitaba diez. El rey Alfonso XIII le concedió, a
título personal, rango de Alteza Real en España, el título de Infanta de España,
como premio a su abnegada dedicación a los hijos de su marido, los Infantes
de Baviera y se creó para ella el Ducado
de Talavera.
Doña María Luisa, fue la primera y única persona, no nacida en una casa real que recibió el
infantazgo y el rango de Alteza Real en España, con el paso de los años
nos encontraríamos un caso similar con Doña Leticia Ortiz Rocasolano, la
actual Princesa de Asturias
Sin
embargo, la reina María Cristina no vio con buenos ojos que quien era una de
sus damas chicas fuese elevada a Infanta de España. Debió hacérsele cuesta arriba aceptar que una
de las personas de su servicio sustituyera a su llorada hija, Teresa. Fue muy dura con su dama chica, pero Alfonso
XIII la resarció otorgándole con el tiempo el infantazgo de España
como ya hemos dicho. Fernando
alegaba, y no sin razón, que la estirpe nobiliaria de su nueva mujer era
superior a la de algunas Casas Reales europeas.
OTROS MIEMBROS: José
Eugenio de Baviera (1909-1966)
Infante de España, nieto de
los reyes Alfonso XII y Mª Cristina, compositor y gran mecenas. Era el segundo de los hijos de
Fernando Mª de Baviera, fue
ahijado de bautismo de la
Reina Victoria Eugenia y, parece ser,
que era el vivo retrato de su abuelo,
Alfonso XII. Casó con Marisol
de Lessía y Lesseps (su madre, la duquesa de Tamames, era íntima amiga de la reina Victoria
Eugenia).
Por el origen plebeyo de la novia, el
infante, perdió para sí y su descendencia, los derechos a la sucesión del trono
de España.
Está enterrado en la Catedral de la Almudena , aunque como Infante
de España, le correspondía estar en El Escorial, al lado de su
madre. El no quiso mientras no hubiese
monarquía, de nuevo, en España.
Tessa de Baviera (1946)
Es la tercera y más pequeña de los hijos
del Infante José Eugenio, siendo
la más conocida, por haber trabajado en el mundo de la moda y salir en TV y
prensa. Le gusta ser llamada “Tessa
de Baviera”. Iba con sus padres a veranear a Montecarlo,
donde sus abuelos tenían una casa y donde conocieron al Dr. Jon Converse,
que más tarde se casaría con la viuda de Garrí Coger. Examinó a Tessa y aseveró que tenía
los tejidos de la mancha de la cara completamente quemados y pidió que la
llevaran a su consulta de Nueva Cork, antes de que la lesión degenerase
en un cáncer de piel.
Sus padres, José Eugenio y Marisol, no gozaban
de una espléndida situación económica, por lo que solicitaron ayuda y no se la
dieron. Aún así ingresaron a Tessa, en
el Maniatan Hospital de Nueva Cork.
Después de tres meses en Estados Unidosregresaron
a Madrid. Luego, cada año, debía
regresar a Nueva Cork para nuevas intervenciones o revisión de su cicatriz.
Ella
y sus hermanos fueron compañeros de juegos de Alfonso y Gonzalo de Borbón
y del hijo de Oasis, entre otros. Se casó con Alfonso
Márquez; ambos fueron íntimos amigos
de los Príncipes de Mónaco, hasta el punto de ofrecerle Rainero, ser Cónsul
Honorario de Mónaco en España. Cuando
El resto de todos los descendientes de Baviera,
actualmente viven en Munich y alrededores.
Mapa político europeo de mediados del siglo XIX
Mapa politico europeo actual.
Árbol genealógico de los Borbones en España
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-Extra "Historia y Vida": Sisi, cien
años de un mito",
Barcelona, 88/año XXXI |
La nieta de Juana "la loca" , Ana de Habsburgo y Jagellón, se casa el duque Alberto V de Baviera. Siguiendo su descendencia vemos que María Ana de Wittelsbach-Habsburgo, bisnieta de Juana, es madre de la famosa María Ana de Austria-Estiria, reina consorte de Felipe III y de forma indirecta, las casas de Austria españolas o Borbón, se han ido enlazando más veces.
ResponderEliminarQuería decir "Margarita de Austria-Estiria"
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